Yoga

El yoga es una práctica que, gracias a la unión de la postura, de la respiración y de la meditación busca la paz mental y el equilibrio físico y emocional. 

A través de las ‘asanas’ (así es como se les conoce a las posturas realizadas), se invita al practicante a conectar con su propio cuerpo, junto con su respiración y, en consecuencia, su flujo de energía. El yoga incluye en su práctica una serie de preceptos que completan el ejercicio físico con un trabajo de reflexión y autoconocimiento. 

¿Quieres saber más sobre lo que esta filosofía milenaria puede aportar a tu cuerpo y mente?

Esto es lo que el yoga le hace a tu cuerpo:

Uno de los puntos más destacados de la práctica del yoga reside en sus beneficios sobre el estado físico, no tan solo a un nivel superficial sino también a nivel interno como, por ejemplo, con la mejora de los problemas digestivos. 

Estos son algunos de sus efectos físicos más destacados: 

  1. Fortalece los músculos y los huesos. Además de mejorar la musculación, el yoga protege los huesos y frena la pérdida de masa ósea, evitando problemas como la osteoporosis.
  2. Aumenta la flexibilidad y el equilibrio.Otro de los efectos directos de su práctica está relacionado con la flexibilidad, lo que se traduce en una mejora de la postura y, en consecuencia, en menos lesiones físicas. 
  3. Refuerza el sistema inmunológico. La práctica del yoga ayuda a reducir el nivel de cortisol (la hormona relacionada con el estrés), la cual juega un papel importante en problemas como el aumento de la presión arterial o los cambios de peso. 

Yoga para aumentar el bienestar emocional:

Una de las partes más desconocidas del yoga son los beneficios que podemos obtener más allá de las mejoras físicas: 

  1. Equilibra el sistema nervioso. Mediante la activación del sistema nervioso parasimpático, es capaz de reducir el ritmo cardíaco y la presión sanguínea, controlando las situaciones de estrés.  
  2. Mejora la calidad del sueño. La práctica del yoga aumenta los niveles de serotonina, un neurotransmisor que envía mensajes a nuestro cerebro y que, entre otras cosas, interviene en la generación de melatonina, responsable de regular nuestro sueño. 
  3. Mejora la concentración. Además de aspectos como la coordinación o el aprendizaje, quienes practican el yoga con cierta regularidad ven mejorada su capacidad de concentración. En este sentido, un estudio publicado en ‘The Journal of Physical Activity and Health’ y realizado por un equipo de investigación de la Universidad de Detroit demostró que 20 minutos de yoga al día son más beneficiosos a nivel cognitivo que cualquier sesión de actividad física intensa. 

 

La estructura de las sesiones de Emma sigue una lógica que permite mantener una columna vertebral flexible (manteniendo una curvatura adecuada) y la salud de todos los órganos.

Las posturas de yoga implican un estiramiento lento de los músculos y ligamentos sin tensiones, y una contracción posterior. Este movimiento, acompañado con la respiración, incrementa el aporte de oxígeno que reciben los músculos. El estiramiento y la contracción de la musculatura estimulan la circulación de la sangre a los tejidos y órganos e incrementa el retorno venoso.

Seguro te lo has preguntado...

Articulación y flexibilidad

Si no soy flexible, ¿puedo hacer yoga?

¡Sí! se ha demostrado que el yoga aumenta la flexibilidad, así que sería un motivo más para su práctica. Si tu amplitud de movimiento o ROM (Range of Motion) en una postura está limitada porque  tus músculos están duros o te estás recuperando de una lesión, visualizar tu cuerpo avanzando en la postura te ayudará. Bien guiado en la postura, los estudios apuntan que esto genera un mapa neuronal a través de envío de señales a los músculos, lo que provoca un aumento del ROM.

Cuidar tu columna

Me duele el cuello por escribir mucho en el móvil y el ordenador. ¿Puede ayudarme el yoga?

¡Sí! Cuando inclinas la cabeza hacia delante, pierdes la alineación. Esto hace que la cabeza sea más pesada. Cuanto más la inclinas, más pesada es la carga para la columna vertebral. ¡Inclinar la cabeza sobre el móvil puede multiplicar por 5 la carga en el cuello!

El yoga te hace ser más consciente de cómo sostienes la cabeza y así reducir este síndrome que se llama "Tech Neck"

Los estudios sugieren que el yoga es seguro y efectivo para aliviar el dolor de espalda crónico.

Etapas de la vida

¿Cómo afecta el yoga al modo en que envejecemos?

Según los expertos, el yoga aporta los siguientes beneficios para ayudar a envejecer saludablemente

  • genera fuerza muscular para contrarrestar la atrofia esquelética natural que se produce al envejecer.
  • mejora la flexibilidad para evitar la pérdida de amplitud de movimiento
  • mejora el equilibrio dinámico y estático y así mejora el anclaje y reduce el riesgo de caídas
  • mejora la agilidad mental y física de modo que es posible reaccionar más deprisa

Todos estos elementos pueden mejorar la esperanza de vida con salud, es decir, la cantidad de años que vivimos sin enfermedad.

FALSO MITO

"Soy muy viejo para hacer yoga"

Los estudios sobre yoga y personas mayores han demostrado mejoras en la flexibilidad, la fuerza, el equilibrio y en actividades como levantarse de una silla o agacharse.

El yoga, además es muy adaptable con respiraciones simples o con asanas usando, por ejemplo, una silla, bloques o mantas...

El yoga terapéutico

¿Qué diferencia el yoga terapéutico de otras prácticas sanitarias?

La mayoría de los sistemas de salud trabajan en el nivel de la patogénesis (modelo basado en la enfermedad, síntomas...). Aunque el yoga terapéutico suele ayudar a controlar los síntomas (por ejemplo aliviar el dolor), también trabaja en la salutogénesis, que es un modelo basado en la salud. Más que centrarse en curar la enfermedad, se centra en generar bienestar. Así, cambios en el estilo de vida y en la actitud derivados de yoga y mindfulness pueden ayudar a las personas a ir más allá de la enfermedad para cultivar la plenitud humana.

Acercarse al yoga con respeto

 

Los yamas y los niyamas son las pautas éticas para vivir según los preceptos del yoga. Tradicionalmente, la práctica del yoga exige al practicante que viviese según estos principios antes de aprender ninguna asana (postura), con el fin de evitar el ego y las lesiones.

 

YAMAS (AUTOCONTROL)

Ahimsa (no violencia): no hagas nada que provoque daño o dolor. 

Satya (verdad): sé sincero contigo mismo acerca de lo que tu cuerpo puede hacer hoy y actúa con coherencia.

Asteya (no robar/abundancia): concéntrate en lo que puedes hacer en vez de en lo que no puedes.

Brahmacharya (moderación): practica todo con moderación para regular tu energía y acercarte más a un estado de equilibrio

Aparigraha (no posesión): La práctica de este Yama te ayuda a distinguir  entre aquello que quieres y aquello que necesitas.

 

 

NIYAMAS (AUTORREGULACIÓN)

Saucha (limpieza): mantén tu cuerpo, tu mente y tu palabra  lo más limpios posible

Santosha (contentamiento): siéntete contento por dónde te encuentras hoy física y mentalmente.

Tapas (autodisciplina): equilibra tu ardiente deseo de mejorar con la práctica de no causar daño.

Svadhyaya (autoconocimiento): observa tu respiración y tu energía hoy, y ajusta tu práctica para respetarlas.

Ishvara Pranidhana (entrega/devoción): entrégate a lo que hay en el momento presente, cambiando lo que puedes pero aceptando lo que no puedes cambiar. Simplemente sé.

Para mí, yoga es filosofía de vida desde las sensaciones del cuerpo, para acceder a la conciencia. Todos podemos acceder. Me apasiona la inteligencia del cuerpo, como potenciarlo. Propongo una práctica humilde para generar sensaciones, volviéndonos profundamente sensibles (ahimsa) a las sensaciones en las articulaciones y los músculos.

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