Mindfulness

En momentos complicados, una de nuestras prioridades debe ser sin duda la salud de nuestra mente. 

 

¿Qué es el mindfulness?

Aunque muchas personas los confunden, lo cierto es que el mindfulness y la meditación no son lo mismo.  La meditación es tan sólo una parte de la práctica del mindfulness.

A grandes rasgos, el movimiento del mindfulness - conocido también como ‘la atención plena’- hace referencia a la idea de centrarse en el momento presente, de ser capaces de ser conscientes del mundo que nos rodea, de nuestros hábitos, de lo que pasa en todo momento.

La meditación nos permite lograr un estado de atención centrada y así que nuestra conciencia se relaje y no elabore juicios de nuestros pensamientos, emociones o sensaciones. 

En definitiva, lo que se busca es tomar distancia con los pensamientos para así ser capaces de reconocerlos y descubrir nuestros patrones mentales, responsables a menudo de problemas como la preocupación constante o la ansiedad.

Beneficios del mindfulness

Convertido ya en una tendencia al alza en todo el mundo, el mindfulness es una práctica llena de beneficios especialmente útiles en momentos de estrés e incertidumbre.

Un estudio publicado en la revista Journal of Internal Medicine reveló hace ya unos años que la práctica de media hora de mindfulness diaria podría aliviar los síntomas de patologías como la ansiedad o la depresión.

Estos son algunos de sus beneficios más destacados: 

  • Contribuye a luchar contra los problemas de insomnio: al controlar mejor nuestro comportamiento y emociones gracias a su práctica, la segregación de cortisol por la noche disminuye, ayudándonos a conciliar el sueño más fácilmente. 
  • Es una potente arma contra la ansiedad, ya que potencia los estados de claridad, calma y serenidad y, por ende, hace descender los niveles de cortisol (hormona que entre otras cosas moviliza la energía en situaciones de estrés).
  • Contribuye a aumentar nuestra concentración, ya que nos ayuda a centrar nuestra capacidad de atención plena y nos ‘entrena’ en la habilidad de controlar problemas como la dispersión. De hecho, estudios como uno realizado por los psicólogos Moore y Malinowski en 2009 concluyeron que esta práctica está estrechamente relacionada con el funcionamiento de la atención y la flexibilidad cognitiva. 
  • Desarrolla nuestra inteligencia emocional y mejora nuestras relaciones interpersonales, ya que nos entrena en la auto-compasión y aumenta nuestro control emocional, allanando en consecuencia el camino de nuestras relaciones con las personas que nos rodean. 
  • Potencia nuestra creatividad, puesto que calma la mente y nos ayuda a crear espacios para nuevas ideas, tal y como afirman estudios como el realizado por el Instituto del Cerebro y la Cognición de la Universidad de Leiden, en Holanda, que observó un aumento de las capacidades creativas en aquellas personas que practican mindfulness de forma diaria. 

Seguro te lo has preguntado...

¿Funciona el mindfulness?

Imágenes anatómicas obtenidas por RM (resonancia magnética) mostraron cambios en la concentración de materia gris de personas que participaron en un programa de MBSR de 8 semanas. Esto sugiere que afecta a áreas del cerebro implicadas en procesos de aprendizaje y memoria, regulación emocional, autoconciencia y cambio de perspectivas.

¿Cómo puedo sentarme cómodo para meditar?

Sentado en el suelo: Sentarse sobre un cojín, una manta plegada o un rodillo te ayuda a elevar las caderas, a abrirlas en ángulo y a inclinar la pelvis para colocarla de forma neutra, creando una curva natural hacia dentro (lordótica) en la columna lumbar.

Otra postura de meditación tradicional es la del “héroe” (Virasana), de rodillas. Si sientes dolor en las rodillas, puedes usar bloques o un rodillo para elevar las caderas. 

Otras opciones: Si no estás bien en ninguna de estas posturas, puedes meditar sentado en una silla tratando de sentarse erguido.

Si estas opciones sentadas te resultan demasiado incómodas, medita en Savasana (tumbado boca arriba con las piernas y los brazos relajados)

Mi mente se dispersa, no llego a tener la mente en blanco. ¿Es que no se meditar?

No! Mucha gente piensa que meditar es «parar» los pensamientos, pero no es así. En la modalidad de meditación más practicada, simplemente debes observar cómo surgen tus pensamientos. Es como ver pasar las nubes sin perder la conciencia del vasto cielo azul en el que flotan. Cuando meditas, tu única tarea es recordarte amablemente que debes volver al presente para permanecer como un mero observador.

¿Lo sabías?

El dolor crónico causa deterioro de la materia gris.

Sin embargo,  las áreas del cerebro que se

degradan  a causa del dolor crónico se restauran 

durante la meditación, al aumentar  las

conexiones neuronales en estas zonas.

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