En momentos complicados, una de nuestras prioridades debe ser sin duda la salud de nuestra mente.
¿Qué es el mindfulness?
Aunque muchas personas los confunden, lo cierto es que el mindfulness y la meditación no son lo mismo. La meditación es tan sólo una parte de la práctica del mindfulness.
A grandes rasgos, el movimiento del mindfulness - conocido también como ‘la atención plena’- hace referencia a la idea de centrarse en el momento presente, de ser capaces de ser conscientes del mundo que nos rodea, de nuestros hábitos, de lo que pasa en todo momento.
La meditación nos permite lograr un estado de atención centrada y así que nuestra conciencia se relaje y no elabore juicios de nuestros pensamientos, emociones o sensaciones.
En definitiva, lo que se busca es tomar distancia con los pensamientos para así ser capaces de reconocerlos y descubrir nuestros patrones mentales, responsables a menudo de problemas como la preocupación constante o la ansiedad.
Beneficios del mindfulness
Convertido ya en una tendencia al alza en todo el mundo, el mindfulness es una práctica llena de beneficios especialmente útiles en momentos de estrés e incertidumbre.
Un estudio publicado en la revista Journal of Internal Medicine reveló hace ya unos años que la práctica de media hora de mindfulness diaria podría aliviar los síntomas de patologías como la ansiedad o la depresión.
Estos son algunos de sus beneficios más destacados:
Seguro te lo has preguntado...
¿Funciona el mindfulness?
Imágenes anatómicas obtenidas por RM (resonancia magnética) mostraron cambios en la concentración de materia gris de personas que participaron en un programa de MBSR de 8 semanas. Esto sugiere que afecta a áreas del cerebro implicadas en procesos de aprendizaje y memoria, regulación emocional, autoconciencia y cambio de perspectivas.
¿Cómo puedo sentarme cómodo para meditar?
Sentado en el suelo: Sentarse sobre un cojín, una manta plegada o un rodillo te ayuda a elevar las caderas, a abrirlas en ángulo y a inclinar la pelvis para colocarla de forma neutra, creando una curva natural hacia dentro (lordótica) en la columna lumbar.
Otra postura de meditación tradicional es la del “héroe” (Virasana), de rodillas. Si sientes dolor en las rodillas, puedes usar bloques o un rodillo para elevar las caderas.
Otras opciones: Si no estás bien en ninguna de estas posturas, puedes meditar sentado en una silla tratando de sentarse erguido.
Si estas opciones sentadas te resultan demasiado incómodas, medita en Savasana (tumbado boca arriba con las piernas y los brazos relajados)
Mi mente se dispersa, no llego a tener la mente en blanco. ¿Es que no se meditar?
No! Mucha gente piensa que meditar es «parar» los pensamientos, pero no es así. En la modalidad de meditación más practicada, simplemente debes observar cómo surgen tus pensamientos. Es como ver pasar las nubes sin perder la conciencia del vasto cielo azul en el que flotan. Cuando meditas, tu única tarea es recordarte amablemente que debes volver al presente para permanecer como un mero observador.
¿Lo sabías?
El dolor crónico causa deterioro de la materia gris.
Sin embargo, las áreas del cerebro que se
degradan a causa del dolor crónico se restauran
durante la meditación, al aumentar las
conexiones neuronales en estas zonas.
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